El Correo Gallego 16/08
MÁS ALLÁ. La primera imagen que se le viene a la cabeza de un arquitecto a cualquier mortal es la de un profesional que le da forma a las construcciones que habitamos o empleamos en nuestro día a día. Pero la labor de Sandra González va un paso más allá, y lo que busca con su proyecto de A Vila do Mañá es que las nuevas generaciones tomen conciencia de esta profesión, pero también del patrimonio, urbanismo y paisajes que tienen delante de sus ojos a poder ser de forma lúdica. Así, en Fonte Díaz (Touro) puso a la chavalada a realizar grafitis previa charla para contextualizar los proyectos que iban a acometer… y todo con un fin último: a partir del conocimiento, generar un vínculo identitario entre los vecinos a partir de diez años y el núcleo poblacional en el que desarrollan su día a día de una manera comprensiva, pero también crítica.